Una de las prácticas en la actualidad a la que más recurren los delincuentes, ha sido el robo de identidad. Esta consiste en apropiarse de la identidad de una persona para hacerse pasar por ella, asumiendo su identidad frente a terceros con la finalidad de obtener recursos o beneficios a su nombre.

¿Qué es el robo de identidad?

Desde hace un par de años, el robo de identidad se realiza principalmente a través de la contratación de créditos o servicios, el acceso a cuentas bancarias y la publicación a nombre de la víctima en redes sociales o enviando información a la lista de contactos.

Justo esta última modalidad ha crecido en los últimos meses, y es por ello la importancia de que estés siempre alerta y no caigas en ninguna de estas prácticas fraudulentas.

Iniciemos recordando que la identidad está constituida por datos personales como nombre, teléfono, domicilio, fotografías, huellas dactilares, números de licencia y seguridad social, información médica o financiera, etc. Información que, en la actualidad, por el aumento en el uso del internet, es muy fácil de encontrar a través de la web.

Sin embargo, el robo de identidad puede realizarse con o sin acceso a internet. Así que el uso del internet no es decisivo para que seas o no víctima. Sin acceso a internet, la principal forma es la extorsión telefónica, que es aquella en la que el delincuente realiza una llamada a la víctima haciéndose pasar por alguien más para obtener información o cometer un fraude. Con acceso a internet, las principales formas son a través de spam (correos electrónicos no deseados), phishing que es el uso de sitios web falsos, mensajes instantáneos (chat o whatsapp), etc.

¿Cómo puedo prevenirlo?

Al tener una profesión como la del Asesor Inmobiliario, es muy común que nuestros datos personales lleguen a lugares y personas inesperadas. Por ello, debes ser muy cuidadoso en 2 cosas principales: en dónde colocas tu información y quiénes te contactan. No nos referimos a que no compartas tu número de celular o correo electrónico pues son herramientas básicas para tu labor. Nos referimos a que estés atento a los correos o mensajes que recibes y la información con la que respondes.

Por ejemplo, aquellos mensajes en los que te solicitan confirmar o negar algún movimiento con tu tarjeta, o que te pidan colocar información en links o como respuesta a correos electrónicos. De hecho, debes evitar ingresar a links de los que no tengas la seguridad de su origen.

Y por otro lado, siempre mantente alerta de quiénes te contactan. Ha sido una constante en los últimos meses que se hacen pasar por alguna persona cercana, quien te contacta a través de whatsapp o vía telefónica, fingiendo haber tenido algún accidente o problema legal, o haber enviado algún paquete que requiere que recibas. Generalmente el contacto del que te buscan tiene la fotografía de alguna persona que conoces, haciéndolo aún más creíble.

Entonces, ¿qué hacer en estos casos?

No te espantes. Guarda la calma. Y contacta a la persona que supuestamente te llamó a través de algún medio que tú conozcas. En ningún momento aceptes depositar ni transferir dinero, ni des información confidencial.

Y para evitar que tú seas víctima de robo de identidad, ignora los mensajes fraudulentos. Asegúrate de quién te envía el mensaje y evita abrir enlaces sin antes confirmar que tu contacto realmente te lo mandó y entra solo a links seguros y protegidos en internet.

Evita usar computadoras públicas para acceder a tu información personal y limpia el historial del navegador. Nunca proporciones tus contraseñas, número de cuenta, correos, teléfonos, etc. Protege tu computadora, teléfono o tablet con un software de seguridad (antivirus) y contraseñas seguras. No confíes en correos apócrifos, si desconfías de ellos comunícate directamente con la institución financiera.

Y en caso de que ya hayas sido víctima de robo de identidad o fraude, acércate a la CONDUSEF (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros) quien te puede asesorar para presentar tu reclamación.